jueves, 22 de julio de 2004

Angelitos...

Bueno, a lo que iba. Hoy no he ido a casa a comer, sino que me he pasado por un "Burrikín". He pedido mi menú Big King, me he sentado en una mesa de la planta superior, he empezado a comer... No, no me he encontrado uñas de rata ni nada por el estilo, siento desilusionaros ;-)

El caso es que al cabo del rato subieron dos niños pequeños (niño y niña), entre seis y ocho años quizás. Se sentaron en una mesa mientras la madre de la niña pedía abajo. Tras un par de minutos esperando parece que se impacientaron y entonces ella decidió bajar... y aqui es donde empecé a alucinar. La cria le dijo al niño "No te muevas de aquí, ahora vengo pero tú no te muevas eh? Esperame aquí, tú no bajes". Sé que no es lo mismo leerlo así que haberlo visto... y os juro que tenia delante de mí a una Teniente O'Neil en potencia. Qué seguridad, qué temple, qué aplomo dando órdenes, una pasada. Creo que no fui el único (hombre) que nos quedamos sorprendidos; medio riendo por lo bajini, medio acongojados pensando en cómo se las gastará esta "encantadora" criatura cuando tenga, qué se yo, veinte años más.

Además comprobé que tenia otra de las "cualidades fundamentales" de toda mujer de armas tomar que se precie: sabía mentir. Sí, sí. Le dijo al pobre crio "No vengas, que mi madre ya está subiendo!" Pasaron dos minutos y ni rastro.

Tentado estuve, cuando me levanté para marcharme, de acercarme al chavalin y decirle "Yo de ti no le llevaría la contraria". Cómo está el patio señora!

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