¿Sorpresas te da la vida?
Resulta que llego hoy a casa con la intención de escribir el artículo diario, cuando al abrirse en el navegador la página de inicio, leo estupefacto: Aznar pagó con dinero público su medalla del Congreso de EEUU. Evidentemente no podía dejar pasar por alto esta historia tan grave. Gravísima. Puede que tanto o más que el affair de los papeles secretos, asunto del que espero hablar otro día. Para más recochineo, parece ser que las enardecidas ovaciones y aclamaciones que le dedicaban cada 5 minutos el día de su discursito, no provenían de las manos de auténticos congresistas, sino que las personas que abarrotaban ese día el Congreso americano eran "funcionarios, invitados e incluso turistas".
Y digo yo... ¿Por qué no me sorprende?
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